viernes, 15 de febrero de 2013

Capítulo 18.


~Narro yo~

 

Estuve con Zayn toda la mañana hasta que vino Louis. Después, tuvimos que pedir un taxi para volver a casa, porque el que acabo reventado fue Louis. Llegamos un poco más tarde de la hora de comer, cuando todos estaban echando la siesta. Entramos en casa, y lo primero que vimos fue a Rebeca y  Niall, dormidos en el sofá abrazados. No pude evitar soltar un “Oh”, y Zayn me pegó en el brazo para que bajara la voz. Saqué una foto con mi móvil y subí corriendo entre risitas. Me despedí de Zayn con un “hablamos en la ducha” y entre en la habitación.

 


~Narra Rebeca~

 

¿Cuánto llevábamos dormidos? Me sobresalté cuando me desperté y vi que Niall tenía su brazo rodeando mi cintura. Estábamos tumbados en el sofá, y solo me acuerdo de que llegamos del restaurante y nos quedamos viendo la tele. Giré la cabeza para verle la cara. Claramente, estaba dormido… y de una forma adorable. Sonreí y le aparté un mechón de su pelo rubio de la cara. Esto era un sueño… ¿Enserio habíamos dormido TODO el día? Si ya era la mañana del día siguiente. Me levanté muy despacio para no despertarle, pero él me agarró más fuerte y me tiró hacia él. Reí cuando me di cuenta de que no estaba dormido. Empecé a hacerle cosquillas, y al final conseguí soltarme.

-Uhmm, eres mala –me gruño entre risas

-¿Yo? Malo tú, que haces que estabas dormido. –le saqué la lengua justo cuando Ángela y Leyre bajaban por las escaleras con el bikini y una toalla.

Ángela llevaba las gafas de sol puestas, y Leyre en la cabeza.

-¡Buenos días, tortolitos! –grito Leyre. ¿Venís a bañaros?

Miré a Niall para ver si le apetecía, y él me sonrió.

-Claro –respondí

-Genial –sonrió Leyre –os esperamos fuera –agarró de la mano a Ángela y salieron al jardín

Todavía no nos habíamos levantado del sofá, y estábamos en silencio mirándonos.

Entonces Niall se levantó y empezó a subir las escaleras. Yo también me levante para no quedar mal, y subí a mi habitación.

-Cámbiate, que te espero aquí –me dijo con una sonrisa. Se la devolví y entré en mi habitación

 

~Narro Yo~

 

Ángela y yo caminamos descalzas por la hierba hacía las hamacas. No habíamos hablado mucho en todo el día, todo lo que paso me lo contó ayer. Nos acercamos a las hamacas y colocamos la toalla en cada una. De vez en cuando la miraba, pero como no se quitaba las gafas, no podía verla bien.

-¿Te apetece bañarte? –le dije con una sonrisa.

Me dijo que “si” con la cabeza y nos sentamos en el bordillo de la piscina para meter los pies.

Estuvimos un rato en silencio.

-Ángela… -le dije en un susurro. Se giró para mirarme.

-Me acuerdo… cuando éramos pequeñas y estábamos en tu casa espiando a tu hermano con su novia… -me costaba hablar. –Cuando les vimos besarse, me acuerdo que pusiste una cara de asco, que nunca olvidaré –reí y ella se subió las gafas a la cabeza, como prestándome más atención. –También… me acuerdo que dijiste que nunca ibas a besarte con ningún chico… y a los 13 años ya besaste a Robert Maths, el de tercero –reí. Empecé a ver una pequeña sonrisa en su cara. Luego, a los 14, tuviste tu primera crisis amorosa con Jason, y fue cuando me dijiste que nunca más ibas a llorar por un tío, que no te merecías eso. ¿Y sabes porque te he admirado tanto todos estos años? Porque no has llorado ni una vez por un tío en 3 años… Ni una puta vez… ¿Vas a rendirte ahora? Liam la ha cagado… ¿Y qué? Arreglarlo, y si no funciona, ya aparecerá otro… ¿No era eso lo que me decías?

Ángela tenía los ojos húmedos, y ya se le había dibujado una sonrisa en la cara.

-Te quiero muchísimo, tía –y me dio un abrazo enorme… El abrazo más enorme que nadie me había dado.

-Ángela, ¿podemos hablar? –una voz que apareció de fondo, interrumpió nuestro abrazo

Levanté la cabeza y vi a Liam.

 

~Narra Erik~

 

Empecé a pasear por los caminos de rosas, intentando no darle muchas vueltas a lo de ayer. Seguro que Leyre estaba con Harry… y no podía sacarme la imagen de la cabeza.

Me senté en la fuente y saqué la carta que le había escrito del bolsillo. Estuve dándola vueltas en mi mano sin abrirla, mientras sostenía en la otra mano, la rosa que había intentado coger el primer día que nos conocimos.

No sé lo que me pasaba… a lo mejor debería olvidarme de todo. Total, la “conozco” de 3 días, seguramente no sepa nada de ella.

Busqué en el bolsillo de mi chaqueta izquierdo y saque una cajita mientras la abría.

Me había dejado todos mis ahorros en ese colgante. Ya sé que era muy típico, pero no tenía dinero para nada más. Junté la rosa, la carta y el colgante y los lancé hacia los arbustos de atrás.

 

~Narra Harry~

 

Esa mañana me desperté bastante tarde, por los gritos de Niall y las chicas en el jardín. Me despeje la cara lavándomela con agua, y dude entre si darme una ducha o no. Al final lo hice, me apetecía. Me quite la ropa y entre en la ducha. Dejé correr el agua fría hasta que saliera la caliente. Cuando salí, me envolví en una toalla y me sequé el pelo con el secador. ¿Cómo se me podía poner el pelo más rizado después de ducharme? Sonreí al mirarme al espejo.

Me puse el traje de baño azul y negro y una camiseta negra. Abrí la ventana para que se ventilara un poco la habitación, y respondí correos de fans.

Cogí el móvil y la toalla y abrí la puerta para salir. Nada más abrir la puerta, me encontré con la cara de Leyre, que al parecer justo iba a llamarme.

La situación era un poco incomoda, y se hizo el silencio, pero fue ella la que lo rompió.

-Quería hablar contigo… ayer no te vi en todo el día –me dijo con la voz apagada.

Tarde un poco en contestar… Tampoco quería ser borde, pero la llamada de Erik me había afectado… Pero tampoco iba a perder la guerra.

-Ya… estuve un poco liado.

-Usando mucho el teléfono ¿no? -¡¿Eso había sido una indirecta por lo de Erik?!

-¿Qué? –respondí muy nervioso.

-Lo digo por lo de que tus fans te enviaran muchos mensajes  y eso…

Suspire profundamente y asentí con la cabeza.

-Bueno… en realidad estuve escribiendo una canción… ¿La quieres oír?

Pude ver perfectamente como se le dibujaba una sonrisa y se le iluminaba la mirada. Nunca nadie me había mirado de esa forma.

Se sentó en la cama mientras yo buscaba mi guitarra y el cuaderno de canciones, aunque no iba a necesitarlo. Me sabía de memoria la canción… era de esas típicas que te salen del corazón y que nunca olvidas.

Afiné un poco las cuerdas mientras ella me miraba con la misma sonrisa, al final le sonreí y empecé a tocarle “Moments”. La canción que marcaría un antes y un después entre nosotros.

 

 
Bueno, y hasta aquí la MIERDA de capítulo 18... Ya sé que este es un poco corto, arlo aquí :). Espero que no os haya parecido tan horrible. En fín, para cualquier cosa me decís por Tuenti. ¡UN BESAZO! OS QUIERO.

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