Cuando salí de la cocina,
después de la conversación con Niall, no tenía ganas de hacer nada. Es que… era
todo tan raro. Cada vez que lo pensaba
me parecía todo tan raro… “Hace 4 días, conocía a una estrella americana,
seguida por miles de fans guapísimas, mucho más que yo, y JUSTO, le tengo que
‘gustar’ yo…” Ya claro… la típica historia de película… Pero no podía creerme
que Harry me hubiera besazo, porque, según Zayn me está utilizando, y eso me
mata.
Me senté en el sofá y
justo me llamarón por teléfono. “Me doy cuenta” empezó a sonar en mi móvil. Un
escalofrío recorrió mi cuerpo, ese tono era de Erik. ¿Qué hacía, lo cogía?
¡Pff! Al final, el dedo
índice marco el “contestar”
-Buenos días, pequeña. ¿Te
he despertado?
¡Dios! ¿Por qué miles de
escalofríos empezaron a atormentarme? No pude evitar que una sonrisa se
dibujara en mi cara.
-¡Buenos días! No, no.
Tranquilo… -¿Por qué sonreía como una
estúpida?
-Ah vale –sonrió. -¿Has
desayunado?
-Bueno, más o menos, pero
tengo hambre… -reí -¿Por?
-Asómate al ático de arriba. –Preferí no preguntar porque, me moría de ganas de saber que pasaba, así que subí corriendo las escaleras. Abrí la puerta y me asomé a la barandilla.
-Asómate al ático de arriba. –Preferí no preguntar porque, me moría de ganas de saber que pasaba, así que subí corriendo las escaleras. Abrí la puerta y me asomé a la barandilla.
Lo primero que vi fue el
laberinto de las rosas, y dentro una mesa. La mesa mejor decorada que había
visto en mi vida. Estaba rodeada de todo rosas, y tenía zumo, chocolate,
galletas.
-¡BUENOS DÍAS PRINCESA!
–me gritó Erik desde allí, colgando primero el teléfono. Desde aquí pude ver
que sonreía. Con esa sonrisa que tanto me gustaba. No sabía que hacer… Pero seguía
sonriendo como una idiota.
***
Empozó a toser cuando se
roció con la colonia, tenía la manía de echarse mucha… pero olía tan bien.
Rebeca dejó el frasco de colonia en la mesilla y se recogió el pelo en una
coleta.
Ángela seguía durmiendo,
Pensó en despertarla, pero no le convenía que empezara a gritar… tenía muy mal
despertar.
Salió de la habitación y
justo coincidió con Louis, que también salía de la suya.
-¡Viva el despertarse
tarde! –grito sonriendo
Entro corriendo al cuarto
de Zayn, que seguía durmiendo. Llenó un vaso de agua, le encendió la luz y se
lo tiró.
-Arriba bella durmiente –y
salió corriendo escaleras abajo, después de los gritos de Zayn y un despertador
volando.
Reí y bajé con el abajo.
Iba vestido en chándal.
-¿Sales a correr? –le
pregunté
-Claro –sonrió. –Todos los
días, con Zayn. Pero hoy nos hemos levantado un poco tarde… -rio -¿Quieres
venir, o eres demasiado vaga?
-¿Vaga yo? –Reí –Subo a
vestirme y ahora bajo –le sonreí.
Subiendo las escaleras me
crucé con Zayn.
-Buenos días, bella
durmiente –le sonreí riendo. Louis también rio.
-Sois unos cabrones… -nos
miró con cara de odio, pero no pudo evitar reír después.
***
La puerta de nuestra habitación se abrió con
mucho cuidado, con Ángela aun durmiendo dentro. 2 cabezas de asomaron para ver
si había alguien que no debería verlos allí.
Niall y Liam entraron de
puntillas para no hacer ruido, ni despertar a Ángela.
Niall empezó a rebuscar en
los cajones de Ángela, y Liam en sus maletas.
-¿Estás seguro de esto,
Niall? Como nos pillen nos la cargamos –le susurró lo más bajo posible.
-¡Ya sabes lo que opino!
Es imposible que Ángela no lo haya hecho. IMPOSIBLE. Pero por si te quedan
dudas, tendrá algún preservativo escondido por aquí.
Liam no contestó, y siguió
buscando, aunque seguía sin convencerse.
¡Nada, en la maleta no había!
Cogió su mochila y la registró. La cartera, los cargadores, la cámara, chicles…
Pero nada.
-¡Bingo! –Liam se giró y
vio a Niall agachado buscando en el cajón de la ropa interior de Ángela, con un
preservativo en la mano. –Lo que te decía… era imposible.
Volvió a meterlo en el
cajón y salieron de allí corriendo, dejando todo como estaba… O casi todo.
Cuando cerraron la puerta
Liam estaba cabizbajo.
-¿Por qué me dijo que no
lo había hecho nunca?... –dijo casi en un susurro.
-Porque… probablemente… em…
estaría borracha. Los borrachos no saben lo que dicen –le animó.
-Ya… -le dio un golpecito
en la espalda y se fue a su habitación.
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